Cómo los padres pueden reconocer y ayudar a un niño con ansiedad
La ansiedad en los niños puede incluir cualquiera de los siguientes diagnósticos:
- Trastorno de ansiedad generalizada: Los niños con trastorno de ansiedad generalizada muestran un patrón general de ansiedad que no es específico de un objeto o evento en particular. Se preocupan constantemente por diversos temas y muestran signos físicos de ansiedad, como estómago o palpitaciones). Su ansiedad es tan angustiante que interfiere con la escuela y otras actividades.
- Trastorno de ansiedad por separación: A la mayoría de los niños no les gusta estar separados de sus cuidadores principales, pero los niños con trastorno de ansiedad por separación muestran una respuesta extrema a la separación que es más intensa o dura más que otros niños de su edad. Es posible que se nieguen a la separación o se preocupen de que le pueda pasar algo al cuidador mientras están fuera.
- Desorden de ansiedad social: Los niños con trastorno de ansiedad social tienen mucho miedo de las situaciones sociales. Los niños mayores pueden estar muy preocupados por ser juzgados o vistos negativamente por los demás. Esto podría resultar en evitar la escuela o evitar otro tipo de situaciones sociales.
- Trastorno de pánico: El trastorno de pánico se diagnostica cuando los niños tienen ataques de pánico regulares e impredecibles y tienen una preocupación persistente por tener otro. Un ataque de pánico puede implicar una sensación repentina de palpitaciones del corazón, dificultad para respirar, mareos o sensación de temblores y sudoración.
- Fobias específicas: Una fobia específica es un miedo intenso ante una situación u objeto concreto. Estos miedos son tan intensos que causan angustia extrema y/o impiden que el niño vaya a lugares o haga las cosas que quiere hacer. Los ejemplos comunes incluyen ir al médico o al dentista, perros, tormentas eléctricas y vómitos.
- Mutismo selectivo: El mutismo selectivo ocurre cuando los niños tienen problemas para hablar o se niegan a hablar en situaciones que les resultan nuevas o incómodas. No tienen problemas para comunicarse con personas conocidas en situaciones familiares, pero sólo tienen problemas para hablar en situaciones que les provocan ansiedad.
¿La ansiedad de su hijo es su “culpa” como padre?
A metanálisis (traducción: un estudio que combina datos de todos los estudios anteriores sobre el tema) encontró que solo el 4% de la variación en la ansiedad infantil está relacionada con la crianza de los hijos. Esto significa que la mayoría de los casos de ansiedad infantil son no causado o empeorado por la crianza de los hijos. Para la mayoría de los niños, no hay nada que usted haya hecho o dejado de hacer para causarle ansiedad.
Sin embargo, el hecho de que sea poco probable que la crianza de los hijos haya causado ansiedad no significa que no haya nada que usted pueda hacer para ayudar a su hijo a aprender a afrontar la ansiedad o a reducir su experiencia de ansiedad.
¿Qué puedo hacer para ayudar a mi hijo?
Las investigaciones encuentran que los padres pueden desempeñar un papel claro a la hora de ayudar a sus hijos a afrontar la ansiedad. De hecho, un estudio reciente descubrió que capacitar a los padres sobre formas efectivas de controlar la ansiedad de sus hijos era tan eficaz para reducir los síntomas de ansiedad como la terapia infantil directa.
Entonces, ¿qué puedes hacer tú para ayudar a tu hijo ansioso, según las investigaciones?
- Explica qué es la ansiedad y quítate la vergüenza: Explíquele a su hijo que no le pasa nada malo y que la ansiedad en sí misma no es “mala”; la ansiedad está ahí para protegerlo. Puede describir su cerebro como alguien que tiene más probabilidades de tener “falsas alarmas”, lo que significa que su cerebro les dice que hay peligro cuando en realidad están a salvo. Explique que esto le sucede a todo el mundo y tal vez incluso dé un ejemplo de cuándo le sucedió a usted cuando era niño o adulto.
- Cuando su hijo esté ansioso, evite cualquier “comportamiento acomodaticio”: Tenga cuidado de no tranquilizar demasiado ni ayudar al niño a evitar lo que le produce ansiedad. Los psicólogos los denominan “conductas acomodaticias”. Muchos padres bien intencionados de niños ansiosos adoptan la costumbre de proteger a sus hijos o evitar cualquier cosa que pueda provocarles ansiedad. Sin embargo, sabemos por investigación que evitar eventos que provocan ansiedad solo empeora la ansiedad y hace que el niño dependa de sus padres para afrontar la situación por él, de modo que no aprenda habilidades para afrontar su ansiedad de forma independiente. También refuerza que la situación es algo que deberían temer (ya que incluso sus padres parecen preocupados) y les comunica a los niños que no son capaces de manejarla por sí solos. Los ejemplos pueden incluir hablar siempre por un niño tímido, responder preguntas repetitivas cuando un niño está preocupado por algo o evitar eventos que puedan ponerlo ansioso.
- Validar y empatizar con la ansiedad: Al mismo tiempo, los padres tampoco quieren ignorar o invalidar la ansiedad de sus hijos. Deben reconocer que la ansiedad del niño es “real” y les resulta difícil, incluso si a los padres les parece irracional. Por ejemplo: “Me doy cuenta de que eso te dio mucho miedo”.
- Anime a los niños a enfrentar sus miedos: Después de reconocer y sentir empatía por la ansiedad de su hijo, los padres deben alentarlo a enfrentar sus miedos de manera gradual y gentil. Los padres deben trabajar con sus hijos para dar “pequeños pasos” para enfrentar sus miedos. Por ejemplo: “Esto realmente te pone nervioso, pero sé que puedes manejarlo”.
- Elogie cualquier comportamiento “valiente”: Cuando los niños enfrentan exitosamente sus miedos o incluso cuando dan un “pequeño paso” para enfrentarlos, los padres deben elogiarlos y prestarles atención positiva. Al hacer esto, los padres deben reconocer que el niño estaba ansioso y que fue muy difícil pero lo hizo de todos modos, en lugar de invalidar su experiencia con algo como “¡Mira, eso no fue tan malo!”
- Ayude a su hijo a aprender a tolerar la incertidumbre: Muchos niños y adultos con ansiedad intentarán evitarla reduciendo la incertidumbre en su entorno. Ayude a su hijo a enfrentar la incertidumbre y a aprender a tolerarla exponiéndolo gradualmente a más incertidumbre en su entorno. Esto podría incluir no responder preguntas repetitivas, prepararles un refrigerio ligeramente diferente cada día, probar nuevas actividades incluso si están nerviosos, conducir de manera diferente a la escuela o cambiar el orden de una rutina.
- Fomente la independencia y la capacidad de su hijo para tomar decisiones por sí solo.: Permítale a su hijo la libertad de cometer errores, correr riesgos e incluso tomar decisiones “equivocadas”. Investigación descubre que los padres que son demasiado controladores tienen más probabilidades de tener un hijo con ansiedad. Aunque esta práctica parental podría reflejar la ansiedad de los propios padres, también tiene sentido que este comportamiento pueda dañar la confianza de los niños.
¿Cuándo y cómo busco ayuda profesional?
Aunque los padres ciertamente pueden ayudar a sus hijos a afrontar la ansiedad, también es importante buscar ayuda profesional cuando sea necesario para la ansiedad infantil.
¿Cómo saber si necesita buscar ayuda? Los padres deben buscar ayuda por cualquiera de los siguientes motivos:
- La ansiedad de su hijo parece estar interfiriendo con funciones importantes como dormir, comer, ir a la escuela o actividades que antes disfrutaba.
- Las estrategias que están intentando para controlar la ansiedad de su hijo no parecen ayudar o empeoran la ansiedad.
- El niño ha estado expuesto a una situación traumática que le está provocando ansiedad.
- La ansiedad del niño parece empeorar con el tiempo
Si cree que su hijo necesita ayuda profesional, pídale a su pediatra o consejero escolar que lo derive a un psicólogo, médico u otro profesional de salud mental. Es posible que realicen una evaluación, que probablemente incluirá algunos cuestionarios y hablará con usted y su hijo sobre sus síntomas. Después de la evaluación, se le informará si su hijo cumple con los criterios para un trastorno de ansiedad y cuáles podrían ser sus opciones de tratamiento.
La terapia y los medicamentos son muy eficaces para tratar la ansiedad infantil. En particular, un tipo de terapia llamada terapia cognitivo-conductual (TCC) ayuda a la mayoría de los niños con ansiedad a mostrar una mejoría en los síntomas. Investigación también encuentra que la terapia con “exposición durante la sesión” (traducción: exponer a los niños a lo que los pone ansiosos durante la sesión de terapia) puede ayudar a mejorar los síntomas de ansiedad. Los padres pueden preguntar a los proveedores si han recibido capacitación en TCC y si utilizan la exposición en sus sesiones para determinar si su enfoque está respaldado por investigaciones.